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William Blake

Londres

 

 

 

 

 

I wander thro’ each charter’d street,
Near where the charter’d Thames does flow.
And mark in every face I meet
Marks of weakness, marks of woe.

In every cry of every Man,
In every Infants cry of fear,
In every voice: in every ban,
The mind-forg’d manacles I hear

How the Chimney-sweepers cry
Every black’ning Church appalls,
And the hapless Soldiers sigh
Runs in blood down Palace walls

But most thro’ midnight streets I hear
How the youthful Harlots curse
Blasts the new-born Infants tear
And blights with plagues the Marriage hearse

 

 

 

             Londres

 

Vago sin fin por las censadas calles,
junto a la orilla del censado Támesis,
y en cada rostro que me mira advierto
señales de impotencia, de infortunio.

 

En cada grito Humano,
en cada chillido infantil de miedo,
en cada voz, en cada prohibición,
escucho las cadenas forjadas por la mente:

 

y escucho cómo el grito del Deshollinador
hace palidecer las oscuras iglesias,
y el dolor del Soldado infortunado
ensangrienta los muros de Palacio.

 

Pero, al fin, en las calles de medianoche escucho
cómo la maldición de la joven Ramera
deseca el llanto del Recién nacido,

y asola la carroza fúnebre de los Novios.

 

 

Trad. Jordi Doce

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