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Franceso Petrarca

 

Nació en Arezzo en 1304. A los ocho años se instaló con sus padres en Aviñón. Interrumpió su estancia en Aviñón cuando fue a vivir  en Montpelier y en Bolonia  para estudiar leyes. En  Aviñón en 1327, conoció a Laura,  de quién se enamoró y a la que le dedicó toda su poesía amorosa.


Laura nunca aceptó de Petrarca más que un trato de de cordial espiritualidad. La distancia  que mantuvieron no consiguió apagar su amor, por ello recibirá con un gran dolor, en 1348 la noticia de que Laura había muerto como consecuencia de la peste  que asolaba a Europa desde hacía más de un año.

 

Eb 1330 recibió órdenes menores  para poder vivir del desempeño de  cargos eclesiáticos, que le permitían disponer de cierto ocio para dedicarse a las letras.

 

Viajó por Italia y por numerosas ciudades europeas. Entabló amistad con muchas personalidades de la cultura de la época, entre ellas la que le unió con Giovanni Boccaccio, nueve años más joven que él. En 1341 recibió el más alto galardón  que podía esperar un poeta. Fue coronado por el Senado romano como poeta excelso. Tuvo dos hijos naturales, Giovanni y Francesca.

 

A lo largo de su vida se dedicó a recuperar  y divulgar a  los clásicos latinos, así como a su propia creación literaria, que sometió a constante revisión. Murió en Arquá (Veneto, Italia), a pocos kilómetros de Padua, en 1374.

 

Cultivó tanto la literatura en latín (motivo por el que fue laureolado en Roma), como en la lengua vernácula italiana.

 

En lengua vulgar escribió dos obras: el Cancionero y Los triunfos, largo poema alegórico-narrativo con el que Petrarca siguió la estela de la Divina comedia de Dante. Escrito igualmente en trecetos encadenados, el poema se divide en seis "triunfos": del amor, del pudor, de la muerte, de la fama, del tiempo y de la eternidad. Esta oragnización muestra el sentido trascendental del poema, planteado como un largo  itinerario hacia la divinidad. Aunque el poema es brillante en ocasiones, suele considerarse que el verso narrativo de Petrarca carece de la hondura de su predecesor florentino.

 

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