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Poemas


Orillas del Duero

ALUMNOS:

LAURA DÍAZ MARSÉ

MARTÍ JUAN BATET

Orillas del Duero

      ¡Primavera soriana, primavera ​
humilde, como el sueño de un bendito, ​
de un pobre caminante que durmiera ​
de cansancio en un páramo infinito! ​
    ¡Campillo amarillento, ​
como tosco sayal de campesina, ​
pradera de velludo polvoriento ​
donde pace la escuálida merina! ​
    ¡Aquellos diminutos pegujales ​
de tierra dura y fría, ​
donde apuntan centenos y trigales ​
que el pan moreno nos darán un día! ​
    Y otra vez roca y roca, pedregales ​
desnudos y pelados serrijones, ​
la tierra de las águilas caudales, ​
malezas y jarales, ​
hierbas monteses, zarzas y cambrones. ​
    ¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía! ​
¡Castilla, tus decrépitas ciudades! ​
¡La agria melancolía ​
que puebla tus sombrías soledades! ​
    ¡Castilla varonil, adusta tierra, ​
Castilla del desdén contra la suerte, ​
Castilla del dolor y de la guerra, ​
tierra inmortal, Castilla de la muerte! ​
    Era una tarde, cuando el campo huía ​
del sol, y en el asombro del planeta, ​
como un globo morado aparecía ​
la hermosa luna, amada del poeta. ​
    En el cárdeno cielo vïoleta ​
alguna clara estrella fulguraba. ​
El aire ensombrecido ​
oreaba mis sienes, y acercaba ​
el murmullo del agua hasta mi oído. ​
    Entre cerros de plomo y de ceniza ​
manchados de roídos encinares, ​
y entre calvas roquedas de caliza, ​
iba a embestir los ocho tajamares ​
del puente el padre río, ​
que surca de Castilla el yermo frío. ​
    ¡Oh Duero, tu agua corre ​
y correrá mientras las nieves blancas ​
de enero el sol de mayo ​
haga fluir por hoces y barrancas, ​
mientras tengan las sierras su turbante ​
de nieve y de tormenta. ​
y brille el olifante ​
del sol, tras de la nube cenicienta!... ​
    ¿Y el viejo romancero ​
fue el sueño de un juglar junto a tu orilla? ​
¿Acaso como tú y por siempre, Duero, ​
irá corriendo hacia la mar Castilla?

              

                               Antonio Machado

 

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